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JULIO FLÓREZ
1867 - 1923
Memoria y Homenaje
de NTC ...
en el
de su coronación y muerte
Enero 14 y Febrero 7 de 1923
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Complementaciones al NTC ... blog sobre Julio Flórez,
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Ató con cintas los desnudos huesos
Por: Julio César Londoño
El Espectador .com 22 Feb. 2013 - 11:00 pm. Impreso: Feb. 23. http://www.elespectador. com/opinion/columna-406440- ato-cintas-los-desnudos-huesos
No me simpatiza la poesía, esa vana pretensión de decirlo todo en 11 sílabas terminadas en ía.
El verso libre es más serio pero no sé apreciarlo. Los críticos me confunden. Desprecian a Benedetti por su transparencia, porque no hallan en él trasfondo, pero aprecian a Sabines, un poeta hermosamente simple, y a los poetas oscuros (Rilke, Eliot, Fernando Denis, Horacio Benavides) porque encuentran ellos, supongo, sutilezas verbales que los seducen y desafíos criptográficos que los entretienen.
Julio Flórez pertenece al primer grupo, a los elementales benedettinos, con el agravante del romanticismo, pero él no tiene la culpa. Le tocaron malos tiempos. Ser poeta en la segunda mitad del siglo XIX, era un oficio fatal. Había que ser melodramático y grecorromano. El poema debía estar amoblado con gracias versallescas, ebúrneos, triclinios y palanquines empapados de falerno y absenta. Estaban vetados el mohán y la patasola, zarrapastrosos lugareños cuyo lugar ocupaban Zeus, Atenea, Poseidón y otros ectoplasmas notables de la realeza europea.
Poeta que se respetara nunca decía “Épico y raudo remontó Bolívar el Chimborazo”. No señor. Había que estampar: “Cual indómito Aníbal sobre los Alpes, gélidas cumbres (para no manchar el verso con “Chimborazo”) desafió el Libertador de América”.
Pero lo peor venía cuando el vate triunfaba. Lo coronaban con laureles en ceremonia pública, le tomaban fotos con lira, niños alados y señoras de albas túnicas, y era obligado a declamar sus versos con profusa gestualidad ante una multitud que podía interrumpirlo con gritos de ¡bravo, Anacreonte! por un verso feliz, y sacarlo en hombros al final como a cualquier torero. La ventaja era que los poetas cobraban por semejante oso (ahora pagan) y no era obligatorio usar corbata negra con “pescadores” ceñidos y medias rosadas.
Ese tiempo también es el de Silva y Darío, dirá usted. Es verdad. Pero no es menos cierto que por cada Silva había diez Flórez.
Para rematar, Flórez sufrió la influencia de Poe el malo, el poeta, vía Baudelaire. Flórez copió punto por punto las aberraciones del célebre borracho de Baltimore: hizo cursos intensivos de necrofilia, ingirió mares ignotos de alcohol y fue un pedófilo apasionado.
Si toda la poesía mala es sincera (W.H. Auden), hay que decir que la de Flórez es sincerísima.
Sin embargo, reconozco que Bodas negras es un cuentazo. Como nadie ignora, es la historia del viudo que una noche exhumó el cadáver de su amada, “ató con cintas los desnudos huesos / el yerto cráneo coronó de flores / la horrible boca la llenó de besos / y le contó sonriendo sus amores. // Llevó la novia al tálamo mullido / y se acostó junto a ella enamorado / y para siempre se quedó dormido / al rígido esqueleto abrazado”. Caramba, Julio, chapeau! Edgar Allan debe estar verde de la envidia.
Reconozco también que lo ignoro todo sobre su obra, como descubrí ayer en el espléndido blog literario NTC. Allí supe de las innumerables traducciones de sus obras al sueco, al chino, al serbio y al lituano y a treinta lenguas más, de las giras triunfales por tantos países de ambas márgenes del Atlántico, del centenar de versiones musicales de sus versos (La Sonora de Lucho Macedo, Los Tres Reyes, Carlos Julio Ramírez, Libertad Lamarque, Los Visconti, Gardel, la Filarmónica de Bogotá, Olimpo Cárdenas…) y sobre todo, ciertos poemas que no figuran en las antologías y que revelan facetas suyas insospechadas.
Por esto, y para no escribir más lugares comunes, asistiré a la conferencia sobre el poeta que dictará el director de NTC, Gabriel Ruiz White, el 28 de febrero a las 6:00 p.m. en el Centro Cultural Comfandi de Cali.
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Acabo de leer a Julio César en El Espectador (a veces me toca terminar el periódico del sábado temprano el domingo) y me ha encantado no solo por el texto en sí sino porque me presentó el blog NTC. Está buenísimo.
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